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NEIGHBORS OF T(R)G

CO-FUNDADOR DE TOMA CAFÉ

EN UNA CIUDAD COMO MADRID, DONDE LOS RITMOS SE ACELERAN Y LAS CALLES ESTÁN LLENAS DE ESTÍMULOS, TOMA CAFÉ PROPONE UNA PAUSA. UN ESPACIO DONDE EL CAFÉ NO ES SOLO UNA BEBIDA, SINO UN LENGUAJE, UN GESTO DE CUIDADO. CONVERSAMOS CON SANTIAGO RIGONI, COFUNDADOR DE TOMA, PARA EXPLORAR CÓMO NACIÓ ESTA VISIÓN Y POR QUÉ, DESPUÉS DE 15 AÑOS, SIGUE SIENDO TAN RELEVANTE.

UNA OBSESIÓN COMPARTIDA

Toma Café nació de un impulso casi visceral: después de un viaje a Nueva York, Santiago y su socia Patricia supieron que Madrid necesitaba un espacio diferente. Un lugar donde el café no fuera solo consumo, sino cultura.

"Era un kiosquito muy pequeñito, pero entraba, salía gente, no paraba. Dijimos: un lugar así tiene que haber en Madrid. En dos meses ya teníamos uno alquilado, el logo, el naming… fue una génesis explosiva."

La ciudad, dice, no tenía una referencia clara sobre café de especialidad. Y para él, eso no era opcional: una capital europea debía estar a la altura. “Madrid no se lo creía, pero sí, faltaba”.


TIEMPO Y HOSPITALIDAD: EL VERDADERO LUJO

En Toma, el tiempo no se mide en minutos, sino en atmósfera. En un mundo donde todo se optimiza, ellos ralentizan.

“El tiempo es sagrado. Nosotros ofrecemos un espacio donde acogemos, donde damos todo nuestro mejor hacer. Detrás de cada taza hay obsesión, hay mucho trabajo invisible.”

Más allá de lo técnico, Rigoni defiende una hospitalidad cercana, espontánea, llena de vida. “Queremos quitarle ese nuevo código dramático de perfección a las cafeterías. Que haya ruido, perros, bebés llorando, que bajemos la música si hace falta. Eso también es cuidado.”


ESTÉTICA Y RESISTENCIA

Cada local de Toma tiene su carácter. Rechazan la réplica y el diseño uniforme. La estética, lejos de ser un fetiche, es una declaración de principios.

“Replicar es lo peor que hay. Cada lugar tiene que tener su propia esencia. No queremos entrar en la tendencia de todas las cafeterías iguales. Somos independientes, podemos permitirnos jugar.”

La calidez, dice, es su verdadero hilo conductor. Y se construye en los pequeños gestos: conocer el nombre de quien entra, servir el café antes de que lo pidan.


LA ROPA, EL BARRIO, LO ESENCIAL,...

Santiago también entiende el vestir como parte de ese ritual cotidiano. Le importa la funcionalidad, pero también la historia detrás de cada prenda. “Uso ropa hasta que se rompe. Y si se rompe, la arreglo. No cambio ropa por temporadas.”

Sobre el barrio, donde Toma y THE (REAL) GARCIA comparten calles y energía, expresa un deseo claro: que no se pierda lo independiente. “Espero que haya más negocios donde el dueño esté presente. Que no sea invisible. Menos grupos, más marcas locales.”


UNA CADENA DE MANOS

Detrás de cada taza de café hay una historia. Un proceso. Una red de trabajo manual y artesanal que Rigoni valora profundamente.

“No podríamos ser lo que somos si no conocemos que detrás de la taza hay una cadena de manos enorme. Nuestro trabajo es transmitir eso. Contarlo. Que quien se sienta a tomar un café entienda qué hay detrás.”

SESIÓN COMPLETA

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TOMA CAFÉ NO ES SOLO UNA CAFETERÍA. ES UNA FORMA DE HABITAR EL MUNDO. DE RESISTIR A LO PREVISIBLE. DE RECORDAR QUE LO MÁS REVOLUCIONARIO HOY PUEDE SER ALGO TAN SIMPLE COMO SALUDAR POR EL NOMBRE, PONER UNA CANCIÓN DE CUNA SI HACE FALTA, Y SERVIR UN CAFÉ CON SENTIDO.